Las mujeres dedicamos 6 veces más tiempo al cuidado de niñas/os, ancianas/os, a la preparación de alimentos, lavado y planchado de ropa; pero este trabajo llamado “economía del cuidado” es invisibilizado y poco valorado. Nunca se ha reconocido como contribución importante a la economía del país. A pesar de toda la carga laboral que conlleva, somos las que menos salario ganamos y las que tenemos menos prestaciones sociales que nos garanticen cobertura en salud y jubilaciones dignas en nuestra vejez.
Ante la falta de propuestas de las Instituciones públicas y de los gobiernos, se violan los derechos humanos de las mujeres, el acoso sexual, a las agresiones, a las violaciones sexuales, la discriminación laboral en razón del sexo como por ejemplo el estado de embarazo, la discriminación laboral a las mujeres por tener que cuidar a sus hijas o hijos, la falta de políticas públicas en las que se retome la corresponsabilidad del trabajo doméstico, las escasas oportunidades de inclusión para las mujeres en la educación y cargos de decisión, así como el desigual acceso a los recursos naturales y al mercado laboral y a la invisibilización del aporte de las mujeres a la economía nacional.
Por otra parte, los acuerdos de libre comercio, publicitados como instrumentos para el desarrollo del país y la región, no han sido respuestas reales de bienestar económico para las mujeres. Al contrario, estos disminuyen las posibilidades de fortalecer el mercado interno de bienes y servicios, lo que lleva a pérdidas de empleo principalmente para las mujeres, quienes son expulsadas al comercio informal y a la auto-sobre-vivencia. El Acuerdo de Asociación de la Unión Europea con Centroamérica (ADA) restringirá la promulgación de políticas de Estado que promuevan el desarrollo económico y social, agudizará la pobreza y la poca o nula consulta ciudadana y de las organizaciones de mujeres para las negociaciones.
En este 1 de mayo, cuando que celebramos el día de los y las trabajadoras, en un marco de segregación, de explotación y discriminación, las cuentas siguen pendientes para el Gobierno, porque para “UNIR, CRECER E INCLUIR” ES NECESARIO:
1. La aprobación del Anteproyecto de Ley de Igualdad, Equidad y Erradicación de la Discriminación contra las Mujeres, presentado el 8 de marzo pasado.
2. La suspensión inmediata de las negociaciones en torno al Acuerdo de Asociación de la Unión Europea con Centroamérica (ADA).
3. Una política económica y laboral fundamentada en la realidad de las mujeres salvadoreñas y su condición de desigualdad frente al mercado laboral.
4. Aplicación de la normativa nacional en materia constitucional y laboral, instrumentos internacionales tales como el Convenio Relativo a la Discriminación en materia de Empleo y Ocupación y la Declaración sobre la Eliminación de la Discriminación en contra de la Mujer.
Cierto nivel de confianza, muchas expectativas y pocas acciones concretas en torno a las necesidades de las mujeres son algunos de los resultados del sondeo realizado por Las Dignas, entre 1 y el 8 de septiembre a nivel nacional, a fin de medir el impacto y la opinión pública femenina sobre los primeros 100 días de Gobierno del presidente Funes y la implementación de algunas políticas, así como medir el nivel de recordación de las promesas de campaña y su ejecución hasta la fecha.
En cuanto a la corrupción: el 77.87% de las mujeres conoce de la eliminación de plazas fantasmas como parte de las medidas del gobierno para combatir la corrupción y el 73.64% conoce que se ha reducido los gastos innecesarios en las instituciones públicas.
Aunque el 47.48% de las mujeres percibe que se esta combatiendo a la delincuencia, el 78.07% piensa que no se está haciendo nada para combatir la violencia específica contra las mujeres.
Continuando con el seguimiento al cumplimiento de las promesas de gobierno, como se hizo con el gobierno de Antonio Saca, con este primer sondeo se dará seguimiento a esta nueva gestión gubernamental, desde la perspectiva de las mujeres, al cumplimiento o no de las promesas, compromisos y responsabilidades que tiene con las salvadoreñas, para que los temas, intereses y demandas de las mujeres que fueron temas de la campaña política ahora se traduzcan en estrategias y políticas concretas y reales.

